Sólo queda esperar
esperar hasta cuándo
Sólo queda el silencio
y todo este cansancio
acumulado, oscuro,
el profundo letargo
de una vida acabada,
y todo el desencanto
de las desdichas viejas
de los amores raros
de la ansiedad eterna
por ser feliz acaso
por un día, unas horas,
un minuto, ¿hasta cuándo?
¿Hasta cuándo podré resistir?
¿Hasta cuándo?
Sólo queda esperar
Y todo habrá pasado.
De su mano la vida
De su mano la muerte
De su mano el engaño
De su mano la luz
De su mano el fracaso
Y la nada y la sombra
Y los profundos lazos
Que me atan a la vida
Aún confío en sus manos
Ilustración: Mario Ortín