ECO DE LA NOCHE

1

La inocencia ya no me corresponde,
ya no puebla mis ojos
cuando miro.
El absurdo silencio de los días
es la cadencia de ese ser
que se pierde y se aleja
en la ruinas de las noches
habitadas de sueños.

2

No debo entristecerme con las cosas
que terminan en eco,
con el camino de los pulsos
enigmáticos siempre,
con la derrota de las flores
poseídas de fuego. No debo
nunca entristecerme
con el caballo de la aurora
cuando camina en los vergeles
de mi sangre que duerme.

3

Tiempos que vuelven son sombras que surgen
en el maduro escombro de los días,
el alto solejar de los recuerdos,
los idiomas del frío. La libertad
es sólo el precipicio
que se dibuja al fondo de las cosas
cuando desnudas hablan con las letras
secretas del misterio.