I
cerrar los ojos invocar las palabras
cuantas veces se habrá esperado el instante de la revelación
en silencio pues en silencio germina la palabra
-huye de las turbulencias mentales-
en silencio se va conformando y también en silencio se
produce la eclosión el caudal de sugerencias imágenes
irisaciones ese microuniverso que luego se desarrollará
hasta cubrir espacio en blanco y poblarlo de formas acaso imprevistas
acaso evanescentes
III
soñó el poeta un poema sobre el palacio edificado
conforme a un sueño anterior
éste -primero en el tiempo- propició sólida
arquitectura para memoria de los hombres
en cambio su derivado transmutó la rígida piedra
en dúctil y armónica palabra al cabo más
firme y perdurable ante la vicisitud de los hombres y su historia
IV
un hombre viaja al futuro y trae de allí una flor que
llega al presente marchita
tal hipótesis contradice y anula la sucesión temporal
salvo que imaginemos progresión inversa en el porvenir
donde el futuro -presente actual- sería a la vez punto
de partida y destino para el viajero que casi con seguridad sucumbiría
ante tan aciaga desubicación temporal pero -eso sí-
la flor hubiera llegado -¿de dónde?- in-có-lu-me
VII
tiende la belleza a la esfericidad mas también el amor
al amor retorna
eterno círculo reflector y completivo del ser en cuyo centro
puede uno hallarse sin temor a la zozobra sostenido por el sosiego
de la plenitud
X
entrar por una abertura del aire
suspender los sentidos un instante
con la incertidumbre del regreso
suspender la conciencia como un ave
en la rama más alta de la niebla
un impulso y la mente queda atrás
suspendida en la rama más alta de la
memoria
XI
de repente un salto fuera de la conciencia y el límite
desaparece
¿dónde empieza el no estar estando o el estar sin
estar?
¿cuándo nos diluimos en el aire para emprender viaje
fugaz mas allá de la memoria hasta traspasar quién
sabe qué frontera y salir a una nueva vigilia nebulosa
burbuja de niebla desde donde vemos apenas destellar las luces
de la conciencia como lejana ciudad nocturna vista desde arriba?
XIV
pasan a veces por la mente pensamientos fugaces como las estrellas
de análoga denominación que cruzan el espacio cerebral
sin dar tiempo siquiera a la percepción
como si huyeran de la fijeza necesaria al análisis y eligiesen
proseguir su viaje en busca de otra mente adecuada para su germinación
XV
azulea la luz detrás de los párpados en el instante
previo a la ensoñación
momento propicio a la incógnita:
¿cuál de las puertas -la de marfil o la de asta-
se abrirá para dar salida a mensaje engañoso profético
legítima clarividencia o ilusión deleznable que
altere los sentidos y produzca la confusión propia en espíritu
alerta?
XVII
viene el sueño por olas
cada una de ellas trae un rostro una palabra un lugar en el que
acaso no estuvimos pero cuyo reflejo cree percibir nuestra confusa
memoria
cuántas veces regresamos a la vigilia de un viaje a ignotas
regiones cuyo reflejo alcanza a percibir apenas como espuma de
nuestra memoria
XX
colmados de imágenes y símbolos emergemos del sueño
cada mañana como el náufrago rescatado en cuya piel
brilla aún el relente del abismo
XXI
hojas en blanco de la memoria se van llenando en el decurso de
la existencia con nombres lugares fechas personas hasta formar
una vasta enciclopedia de paginas a menudo erróneas
mas a la hora de escribir el colofón ¿quién
puede estar seguro de no poseer sino un libro escrito a innumerables
manos rostros voces entre los cuales se vislumbra apenas -como
entre vasta enramada- nuestro íntimo fulgor?
XXVI
aquél que se jactaba de pensar cuando quería en
la eternidad no comprendió nunca que la operación
no podía realizarse añadiendo un día a otro
en sucesión infinita sino más bien retrocediendo
la memoria y eliminando horas minutos segundos todas esas fracciones
ilusorias con que encubrimos nuestro temor al vacío y que
acaban empujándonos a la rutinaria irrealidad
XXVII
imagen suscitada por un reflejo en día de tormenta
en cualquier segundo la lluvia puede borrar su luminosa fragilidad
quedando en el aire dibujado el contorno de su ausencia
XXVIII
pide la llama ser contemplada en silencio
fijar la vista en su danza ondulante
luego cerrar los ojos e integrarse en su ser
hacerse danza y luz
flor nocturna que no queme y arda siempre en la memoria
De de la memoria y sus mitos