MIRADAS EN LA PLAYA DE JAPARATINGA
a Jesús Fonseca,
poeta de ambos mundos
El silencio es también seducción - un prolongado
gemido - una herida perfecta que desnuda la sombra del primer
rocío - La veía quebradiza - con su incendio de
joven diosa - medio dormida en la arena impoluta de Alagoas -
como invitando a merodear la gruta amaestrada - como obediente
boca que se asoma al desfiladero cuando las gaviotas anuncian
el soplo del deseo - No hay luz de candilejas cuando las miradas
empiezan a florecer y la alquimia surge de improviso - y uno es
capaz de imaginar las más deliciosas barbaridades - Perturbado
en mis sentidos - recojo su llamada - abandono los pudores y escarbo
en su epidermis - Así - en silencio - quedo quieto - al
interior del paraíso.
16.12.94
AUSENCIA
Alberto Vinelly en la memoria
I
Furibunda tempestad divina arrastra nuestros gozos cuando apenas
el barro va secando - Oh Dios - qué poco se detiene esta
Maligna - qué pronto deja el sol de ser imperio - Acaso
hay sentido a este eterno duelo que fatiga - que resbala vulnerable
hasta el centro mismo del origen - Será que el hombre -
el náufrago - no podrá quedarse alguna vez sin muerte.
II
Una música de violines como dulce alimento para su alma
le daría - El ala de un pájaro mágico para
su infinita errancia le daría - El bosque y sus esencias
para fecundar quimeras le daría - Todo le daría
si el viento lo trajera a esta playa.
III
Ay Señor - no hay forma de olvidar su ausencia cuando
el río enciende mi tristeza y me callo y me oculto en el
recuerdo.
En Puerto Maldonado (Perú),
a 15 de agosto de 1995.