EXISTENCIA

Mis pensamientos abrazan
el brillo de las olas del mar,
una pesadilla figura
como espejo de la verdad.
La mirada de la sombra,
la profunda mina de los recuerdos
amanece con la fantasía de un sueño.
¿Son igual los recuerdos
que los pasos de un niño pequeño?
El reloj atormenta las palabras
que no quieren ser cazadas
por imprevisibles fantasmas.
No se pueden recoger las piedras
que se han dejado caer.
La vida se deshace
como una palabra al viento.
La vela está encendida,
en la llama se queman
las horas perdidas.
El grito de la muerte
está en la puerta,
suena el timbre,
vuelve la realidad.

SI TRAS EL CRISTAL...

Si tras el cristal la lluvia
fuera lágrimas.
Si tras los corazones, el amor
fuera odio,
sencillamente todo,
sería la inversión pacífica.
Unos ojos sin alma,
                         secos,
                         mohosos,
                         mates.
La mirada melancólica,
un cuerpo sin vida,
                         sangriento,
                         frío.
Por el viento elevado
al océano de difuntos,
al mar de la realidad,
un llanto perdido.
Una curiosidad incandescente
de soñadores ideales.
No se oye el batir
de las alas,
la paloma agoniza
entre rejas
y el aire cargado
revienta sembrando.

COLMENA

Colmena humana
de abejas convirtiendo el amor
en celdas.

Los zumbidos que entonan
letras de canciones
rompen el ritmo
de sus alas al vuelo.

El sol que penetra en el panal
se transforma en arco iris
deslumbrante a las miradas
de algún inexperto.

La miel de besos apasionados
despierta en los ojos pícaros
esa celosa envidia
que quema el pensamiento,
su humo fugaz vuela.

La parejas que se marchitan
como viven las obreras
en ese néctar dulce
por segundos.

La cera enturbia los hechos,
incita a clavar el aguijón.

Esta colmena de imágenes inversas
de diversión,
con la ocupación del querer;
yo estoy por la abeja solitaria
de momentos mayoritarios
e inquietudes sociales.